Adios Amigo
18/11/2012
- Este es el ultimo puerto de montaña que vas a ver en unos centenares de quilometros. Me dice Chris mientras esquiva coches suicida.
Y tenia razón. Un último puerto de montaña despide Marruecos y da la bienvenida al Sahara Occidental. Una infinita llanura se abre a nuestros pies, es un paisage majestuoso, algo curioso.
Intento analizar como es el paisage y me doy cuenta de que solo hay dos colores, el marrón de la tierra y el azul del cielo; nada más i nada menos.
Todo es desierto, no es el típico desierto del sahara que todos conocemos, no hay esas dunas tan bonitas ni tanta arena, pero no existe ni una pizca de verde. A lo sumo, algún árbol de la família de las acácias, marrón, que no tiene muchas hojas y que solo las cabras pueden aprovechar gracias a su lengua hábil y estrecha.
Y e aquí, el primer rebanyo de camellos salvaje, que nos saluda remugando.
El calor, que ya venia atormentandonos desde hace unos kilómetros se agudiza aún más, y nuestra piel europea empieza a tostarse, no hay sombra donde cobijarse.
Decido que terminaré mi periplo con Christian en Laayoune, quiero pararme a conocer lo que un dia fué espanyol y que con la mala praxis de anteriores gobiernos se abandonó el territorio y a los que habitan en él a su suerte. Territorio que a día de hoy forma parte de Marruecos, pero que se han disputado junto con Argelia y Mauritánia. Con una zona, dícese independiente del Polisario.
Pero porqué tanta algarabía por este pedazo de tierra baldía, seca y sin futuro para la agricultura. Bien, para los Saharauis, está claro, es su tierra, su cultura, la quieren para ellos, para no desaparecer. Pero Marruecos, y los demás paises vecinos?
Pués debajo y alrededor de esta tierra baldía existen inestimables tesoros de metales y oro negro. Y su litoral, que se extiende durante muchos kilómetros, es rico en pesca, y cuantos más kilómetros de costa tiene uno, más impuestos se pueden cobrar a los otros.
A cambio del aprovechamiento de estos recursos el gobierno marroquí invierte cierta cantidad de dinero en estos lares, para acontentar a unos y enfurecer a los otros, que claro, el resto de Marruecos dice: "Nosotros nos pasamos el dia trabajando para ganarnos con nuestro sudor el pan y a estos del sur el gobierno les paga todo!"
Os suena verdad?
Pués bien, cruzando estas tierras me encuentro. Con este terreno imposible solo existen un par de ciudades más o menos grandes y unos pocos pueblos o "comunas", que distan una de otra unos 250km. Así que nos pasamos horas sin ver nada ni nadie, algún campamento nómada de vez en cuando con sus rebanyos de camellos y cabras y poca cosa más. Aún así, este paisage tiene un no sé qué que no aburre, es como mirar el fuego, uno se puede pasar horas mirandolo embobado y pensativo.
Al poco rato, a nuestra derecha aparece el senyor Atlántico, con toda su fuerza enviste los penyascos y se van sucediendo playas virgenes e interminables que a uno le dan ganas de pisar y recorrer. Ah! que ganas tenia yo de ver el mar!
Abrimos las ventanillas de la furgo y una agradable brisa nos refresca y nos ayuda a resistir el calor del mediodía.
Paramos en alguna "gasolinera" a comer cuando tenemos hambre, a mear o a vender, el resto lo pasamos conduciendo hasta el anochecer, que llegamos a Laayoune y paramos a cenar.
Si todo Marruecos está llena de controles rutinarios de la "Gendarmerie Royal" y la policia, la zona del Sahara Occidental es aún peor. Esta minada de casernas del ejército y por doquier se ven militares con sus camiones haciendo las maniobras de turno. Incluso hay pueblos donde solo hay una caserna y las residencias de dichos militares. El ambiente anda un poco cargado, y en cada control que nos paran, al ver mi nacionalidad me linchan a preguntas y constantemente me interrogan de si pienso pernoctar en el pueblo. Les decimos siempre que no, que estamos en ruta hasta Dakhla.
Mientras cenamos decido que no me quedo a Laayoune, que sigo dirección sur con Chris, no hay nada que hacer aquí, como mucho estaria un par de días allí sin nada que hacer y luego tendria que buscarme un bus para ir al mismo lugar y con el mismo resultado que si sigo con mi companyero. Además, con este clima, esta desertización y el tráfico casi inexistente me seria poco conveniente hacer autoestop.
La gente, al menos por su aspecto, se parecen a los marroquíes así que poco puedo conocer del pueblo saharaui. Lo interesante seria ir a Tindouf, en Argelia, en terreno del Polisario, que es donde hay los refugiados; pero se requiere de permiso especial y la zona está peigrosamente minada, así que mejor no hacerse el gallito e intentar llegar por mi cuenta.
A los pocos días me entero por la cadena de televisión saharaui de la RASD (República Árabe Saharaui Democrática) que unos españoles fueron enviados fuera de Laayoune y llevados a la comisaria de Rabat. También me encontré con unos españoles que se encontraron con problemas en la misma ciudad. Así que la decisión de seguir adelante ha sido certera.
Cada decisión la tomo sobre la marcha, no llevo ninguna guia de viages, así que nunca sé a donde voy. Y esta manera de hacer me está dando muchas alegrias, más que disgustos. Al no esperarme nada de antemano todo me sorprende y todo són descubrimientos.
Igual que el viajar solo y hacer autoestop, te permite entrar en las vidas de las gentes, no solo admirar las cosas turísticas. Puede bien ser que la persona que te recoge en autoestop sea la misma que te acoja a su casa, te dé de comer, te presente a su familia. De esta forma voy conociendo de primera mano los queaceres cuotidianos de las gentes del lugar.
Así que proseguimos el trayecto juntos.
De noche se conduce bien y la carretera esta hecha con un tiralinias, solo tenemos que estar atentos a los rebaños de camellos que por la noche cruzan lentos la carretera.
Nos paramos a hacer noche en medio de la carretera, como es costumbre, yo pongo mi tienda y chris duerme en la furgo. Podriamos llegar a Dakhla del tiron pero chris dice que el paisage que se avecina vale mucho la pena de disfrutar de dia, asi que paramos a descansar.
Asi es, cruzamos un paisage bucolico, con playas alucinantes i tranquilas, ideales para practicar deportes acuaticos.
Dakhla se encuentra en una peninsula, por un lado el oceano atlantico esculpe la costa a golpe limpio, por el otro el agua es como un espejo y las playas de arena blanca invitan a pasar el dia tumbado, haciendo nada.
Pasamos unos dias en la ciudad haciendo negocios, lavando la ropa y a nosotros mismos, que en mi caso ya me toca desde hace dias.
La ciudad tiene este aire de ciudad fronteriza, mezcla de culturas y rufianes de todo tipo. Pero me encanta.
Es una ciudad famosa por la pesca, hay muchisima, y por doquier se ven camiones cisterna cargados de pescado, sobretodo sardinas, que se diriguen al norte y se venden en todo Marruecos y Espanya, asi que veo como se carga el pescado con excavadoras dentro de las cisternas que antes llevavan gasolina, estas cisternas estan abiertas y las sardinas salen volando a cada curva o frenazo, y pienso que son las sardinas que os vais a comer en unos dias; buen provecho!
Cierto dia nos levantamos y bien temprano reemprendemos el camino direccion a la frontera con mauritania, nos separan aun unos 450km y la aduana a veces cierra a media tarde,asi que si queremos pasar a mauritania hoy mismo no nos podemos entretener demasiado.
Entre una cosa y la otra llegamos a la frontera del lado marroqui a media tarde, tenemos que pasar los controles de la furgo y sellar pasaportes. Chris empieza a repartir cervezas a todos los policias que vamos encontrando, descaradamente, no hay problema.
- Para facilitar los tramites,me dice.
No me gusta esta manera de hacer las cosas, la corrupcion es un verdadero problema en Africa y no hace falta jugar al mismo juego que ellos. Pero en fin, es su historia y su trabajo. Los papeleos resultan ser faciles y bastante rapidos, los perros rastrean la furgoneta y no encuentran el hachis escondido dentro de la margarina que hay en el frigo. Nos guardamos dos cervezas para bebernos tranquilamente antes de cruzar tierra de nadie y llegar a la parte mauritana. Entre una aduana y la otra les separan tres quilometros de tierra de nadie, donde se encuentran montones de coches robados abandonados y mercancias de todo tipo que no han sido reclamadas. No es de nadie, asi que nadie se va a encargar de ponerle asfalto a esta pista de arena traicionera i dunas movedizas. Situacion que aprovechan una serie de rufianes de medio pelo de la siguiente manera; cuando sales de la aduana marriqui te encuentras con multiples caminos marcados por el paso de vehiculos, cual escoger?
- Siempre el de la izquierda, me cuenta Chris.
Es el ultimo camino que se ha improvisado, asi que en el suelo todavia hay piedras y no solo arena. De los multiples caminos solo uno vale, si escoges algun otro irremediablemente te vas a quedar atascado en la arena, mientras te lamentas y lanzas la serie de improperios necesarios, y sin saber de donde ni como, aparecen unos diez hombres con planchas de hierro que meteran debajo de las ruedas de tu coche haciendolo salir de donde se encuentra atascado. Luego, estos hombres con sus rostros arabes amenazantes te van a pedir mucho dinero, tu, como un buen novato no vas a saber que hacer y vas a pagar una suma importante volviendo a pronunciar los mismos improperios que antes. Es dificil de saber el camino, las dunas se mueven con el viento, asi que lo que hoy es un camino manyana sera desierto. Estos hombres saben donde se van a atascar los coches sin experiencia y se esconden detras de las dunas y atienden tranquilos bajo el sol. A veces ellos mismos ponen un coche suyo impidiendo que tomes el camino correcto. Quien les va a decir algo?
Nosotros pasamos sin problema, pero otro aleman queda atascado y conociendo el modus operandi de los rufianes salimos en su ayuda, con el par de huevos de Chris, un poco de discusiones y su experiencia consigue rebajar el precio a pagar.
Nos bebemos las dos ultimas cervezas. Delante tenemos una Republica islamica, todo consumo de alcohol esta prohibido por el islam, mejor sera no tentar a las leyes islamicas, que no se andan por las ramas.
Entre una cosa y la otra nos plantamos delante de un gran cartel que anuncia la abandonada aduana mauritana.
Republica Islamica de Mauritania.
- Este es el ultimo puerto de montaña que vas a ver en unos centenares de quilometros. Me dice Chris mientras esquiva coches suicida.
Y tenia razón. Un último puerto de montaña despide Marruecos y da la bienvenida al Sahara Occidental. Una infinita llanura se abre a nuestros pies, es un paisage majestuoso, algo curioso.
Intento analizar como es el paisage y me doy cuenta de que solo hay dos colores, el marrón de la tierra y el azul del cielo; nada más i nada menos.
Todo es desierto, no es el típico desierto del sahara que todos conocemos, no hay esas dunas tan bonitas ni tanta arena, pero no existe ni una pizca de verde. A lo sumo, algún árbol de la família de las acácias, marrón, que no tiene muchas hojas y que solo las cabras pueden aprovechar gracias a su lengua hábil y estrecha.
Y e aquí, el primer rebanyo de camellos salvaje, que nos saluda remugando.
El calor, que ya venia atormentandonos desde hace unos kilómetros se agudiza aún más, y nuestra piel europea empieza a tostarse, no hay sombra donde cobijarse.
Decido que terminaré mi periplo con Christian en Laayoune, quiero pararme a conocer lo que un dia fué espanyol y que con la mala praxis de anteriores gobiernos se abandonó el territorio y a los que habitan en él a su suerte. Territorio que a día de hoy forma parte de Marruecos, pero que se han disputado junto con Argelia y Mauritánia. Con una zona, dícese independiente del Polisario.
Pero porqué tanta algarabía por este pedazo de tierra baldía, seca y sin futuro para la agricultura. Bien, para los Saharauis, está claro, es su tierra, su cultura, la quieren para ellos, para no desaparecer. Pero Marruecos, y los demás paises vecinos?
Pués debajo y alrededor de esta tierra baldía existen inestimables tesoros de metales y oro negro. Y su litoral, que se extiende durante muchos kilómetros, es rico en pesca, y cuantos más kilómetros de costa tiene uno, más impuestos se pueden cobrar a los otros.
A cambio del aprovechamiento de estos recursos el gobierno marroquí invierte cierta cantidad de dinero en estos lares, para acontentar a unos y enfurecer a los otros, que claro, el resto de Marruecos dice: "Nosotros nos pasamos el dia trabajando para ganarnos con nuestro sudor el pan y a estos del sur el gobierno les paga todo!"
Os suena verdad?
Pués bien, cruzando estas tierras me encuentro. Con este terreno imposible solo existen un par de ciudades más o menos grandes y unos pocos pueblos o "comunas", que distan una de otra unos 250km. Así que nos pasamos horas sin ver nada ni nadie, algún campamento nómada de vez en cuando con sus rebanyos de camellos y cabras y poca cosa más. Aún así, este paisage tiene un no sé qué que no aburre, es como mirar el fuego, uno se puede pasar horas mirandolo embobado y pensativo.
Al poco rato, a nuestra derecha aparece el senyor Atlántico, con toda su fuerza enviste los penyascos y se van sucediendo playas virgenes e interminables que a uno le dan ganas de pisar y recorrer. Ah! que ganas tenia yo de ver el mar!
Abrimos las ventanillas de la furgo y una agradable brisa nos refresca y nos ayuda a resistir el calor del mediodía.
Paramos en alguna "gasolinera" a comer cuando tenemos hambre, a mear o a vender, el resto lo pasamos conduciendo hasta el anochecer, que llegamos a Laayoune y paramos a cenar.
Si todo Marruecos está llena de controles rutinarios de la "Gendarmerie Royal" y la policia, la zona del Sahara Occidental es aún peor. Esta minada de casernas del ejército y por doquier se ven militares con sus camiones haciendo las maniobras de turno. Incluso hay pueblos donde solo hay una caserna y las residencias de dichos militares. El ambiente anda un poco cargado, y en cada control que nos paran, al ver mi nacionalidad me linchan a preguntas y constantemente me interrogan de si pienso pernoctar en el pueblo. Les decimos siempre que no, que estamos en ruta hasta Dakhla.
Mientras cenamos decido que no me quedo a Laayoune, que sigo dirección sur con Chris, no hay nada que hacer aquí, como mucho estaria un par de días allí sin nada que hacer y luego tendria que buscarme un bus para ir al mismo lugar y con el mismo resultado que si sigo con mi companyero. Además, con este clima, esta desertización y el tráfico casi inexistente me seria poco conveniente hacer autoestop.
La gente, al menos por su aspecto, se parecen a los marroquíes así que poco puedo conocer del pueblo saharaui. Lo interesante seria ir a Tindouf, en Argelia, en terreno del Polisario, que es donde hay los refugiados; pero se requiere de permiso especial y la zona está peigrosamente minada, así que mejor no hacerse el gallito e intentar llegar por mi cuenta.
A los pocos días me entero por la cadena de televisión saharaui de la RASD (República Árabe Saharaui Democrática) que unos españoles fueron enviados fuera de Laayoune y llevados a la comisaria de Rabat. También me encontré con unos españoles que se encontraron con problemas en la misma ciudad. Así que la decisión de seguir adelante ha sido certera.
Cada decisión la tomo sobre la marcha, no llevo ninguna guia de viages, así que nunca sé a donde voy. Y esta manera de hacer me está dando muchas alegrias, más que disgustos. Al no esperarme nada de antemano todo me sorprende y todo són descubrimientos.
Igual que el viajar solo y hacer autoestop, te permite entrar en las vidas de las gentes, no solo admirar las cosas turísticas. Puede bien ser que la persona que te recoge en autoestop sea la misma que te acoja a su casa, te dé de comer, te presente a su familia. De esta forma voy conociendo de primera mano los queaceres cuotidianos de las gentes del lugar.
Así que proseguimos el trayecto juntos.
De noche se conduce bien y la carretera esta hecha con un tiralinias, solo tenemos que estar atentos a los rebaños de camellos que por la noche cruzan lentos la carretera.
Nos paramos a hacer noche en medio de la carretera, como es costumbre, yo pongo mi tienda y chris duerme en la furgo. Podriamos llegar a Dakhla del tiron pero chris dice que el paisage que se avecina vale mucho la pena de disfrutar de dia, asi que paramos a descansar.
Asi es, cruzamos un paisage bucolico, con playas alucinantes i tranquilas, ideales para practicar deportes acuaticos.
Dakhla se encuentra en una peninsula, por un lado el oceano atlantico esculpe la costa a golpe limpio, por el otro el agua es como un espejo y las playas de arena blanca invitan a pasar el dia tumbado, haciendo nada.
Pasamos unos dias en la ciudad haciendo negocios, lavando la ropa y a nosotros mismos, que en mi caso ya me toca desde hace dias.
La ciudad tiene este aire de ciudad fronteriza, mezcla de culturas y rufianes de todo tipo. Pero me encanta.
Es una ciudad famosa por la pesca, hay muchisima, y por doquier se ven camiones cisterna cargados de pescado, sobretodo sardinas, que se diriguen al norte y se venden en todo Marruecos y Espanya, asi que veo como se carga el pescado con excavadoras dentro de las cisternas que antes llevavan gasolina, estas cisternas estan abiertas y las sardinas salen volando a cada curva o frenazo, y pienso que son las sardinas que os vais a comer en unos dias; buen provecho!
Cierto dia nos levantamos y bien temprano reemprendemos el camino direccion a la frontera con mauritania, nos separan aun unos 450km y la aduana a veces cierra a media tarde,asi que si queremos pasar a mauritania hoy mismo no nos podemos entretener demasiado.
Entre una cosa y la otra llegamos a la frontera del lado marroqui a media tarde, tenemos que pasar los controles de la furgo y sellar pasaportes. Chris empieza a repartir cervezas a todos los policias que vamos encontrando, descaradamente, no hay problema.
- Para facilitar los tramites,me dice.
No me gusta esta manera de hacer las cosas, la corrupcion es un verdadero problema en Africa y no hace falta jugar al mismo juego que ellos. Pero en fin, es su historia y su trabajo. Los papeleos resultan ser faciles y bastante rapidos, los perros rastrean la furgoneta y no encuentran el hachis escondido dentro de la margarina que hay en el frigo. Nos guardamos dos cervezas para bebernos tranquilamente antes de cruzar tierra de nadie y llegar a la parte mauritana. Entre una aduana y la otra les separan tres quilometros de tierra de nadie, donde se encuentran montones de coches robados abandonados y mercancias de todo tipo que no han sido reclamadas. No es de nadie, asi que nadie se va a encargar de ponerle asfalto a esta pista de arena traicionera i dunas movedizas. Situacion que aprovechan una serie de rufianes de medio pelo de la siguiente manera; cuando sales de la aduana marriqui te encuentras con multiples caminos marcados por el paso de vehiculos, cual escoger?
- Siempre el de la izquierda, me cuenta Chris.
Es el ultimo camino que se ha improvisado, asi que en el suelo todavia hay piedras y no solo arena. De los multiples caminos solo uno vale, si escoges algun otro irremediablemente te vas a quedar atascado en la arena, mientras te lamentas y lanzas la serie de improperios necesarios, y sin saber de donde ni como, aparecen unos diez hombres con planchas de hierro que meteran debajo de las ruedas de tu coche haciendolo salir de donde se encuentra atascado. Luego, estos hombres con sus rostros arabes amenazantes te van a pedir mucho dinero, tu, como un buen novato no vas a saber que hacer y vas a pagar una suma importante volviendo a pronunciar los mismos improperios que antes. Es dificil de saber el camino, las dunas se mueven con el viento, asi que lo que hoy es un camino manyana sera desierto. Estos hombres saben donde se van a atascar los coches sin experiencia y se esconden detras de las dunas y atienden tranquilos bajo el sol. A veces ellos mismos ponen un coche suyo impidiendo que tomes el camino correcto. Quien les va a decir algo?
Nosotros pasamos sin problema, pero otro aleman queda atascado y conociendo el modus operandi de los rufianes salimos en su ayuda, con el par de huevos de Chris, un poco de discusiones y su experiencia consigue rebajar el precio a pagar.
Nos bebemos las dos ultimas cervezas. Delante tenemos una Republica islamica, todo consumo de alcohol esta prohibido por el islam, mejor sera no tentar a las leyes islamicas, que no se andan por las ramas.
Entre una cosa y la otra nos plantamos delante de un gran cartel que anuncia la abandonada aduana mauritana.
Republica Islamica de Mauritania.